Teoría y práctica sobre los principios mecánicos del sexo

¿Quién puede decir que nunca ha tenido dudas con su pareja?
¿Quién puede decir que el sexo no es importante en una relación sentimental?
¿Quién puede asegurar que el sexo no se convierte, en muchos casos, en el inicio de muchos problemas? Incluso aunque no los veamos venir…

Si a todas estas preguntas les añadimos inseguridades, los actos éticamente cuestionables, los secretos y un encuentro entre amigos con muchas más cosas en común de lo que se pueden imaginar, el resultado es una bomba.

Y esa bomba tiene forma de obra de teatro y su nombre es Teoría y práctica sobre los principios mecánicos del sexo.

El sexo. Eso que se dice tan rápido y que tan rápidamente puede desmoronarlo todo.

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Cartel de la nueva temporada en el Teatro Lara

El sexo llevado a escena

Marta, Daniel, Virginia y Carlos terminan una cena de fin de semana. Desvarían. Se lanzan reproches. Se miden las fuerzas. Todo es tranquilo, no nos engañemos, aunque la tortilla de patata no sea del gusto de todos. Pero viene la semana y cada cual tiene sus obligaciones. Llega el momento de separarse. Más cuando para volver a la rutina hay que coger un avión de vuelta a casa. En ese momento, el de la separación, se abre la vía a una nueva realidad. O a dos nuevas realidades. La de la Teoría y la de la Práctica. La de opinar de todo desde la autoridad que nos da ver las cosas desde fuera -o aparentarlo- y la de los nervios y las dudas cuando no se opina, sino que se vive en primera persona. Y en esta reunión de cuatro nadie puede decir que pertenezca enteramente y en exclusiva a una de esas realidades.  Ninguno puede decir que tenga completamente claro su lugar en la vida. En el mundo. Y mucho menos dentro de este particular cuarteto que gira en torno al sexo. En la teoría y también en la práctica. Sí, también en la práctica… 

¿Qué nos lleva a actuar de una u otra manera cuando el sexo se interpone entre dos personas?

César Oliver, Laura Mas, Cristobal Araque y Marta Escurín llevan ya unos meses preguntándoselo poniéndose en la piel de estos cuatro amigos. Después de dos meses en la Sala Tú de Malasaña, el pasado 25 de julio estrenaron nueva temporada en la sala Lola Membrives del Teatro Lara – la sala Off del teatro-. Y han llegado dispuestos a dejar huella.  Aunque esta obra es una vieja conocida de la escena madrileña…

Teoría: el texto como punto de partida

Hace años, cuando aún abría sus puertas nuestro añorado Garaje Lumiere y cuando en Microteatro por Dinero no sólo se podían ver micro-obras, sino que también había «obras largas», Miguel Ángel Cárcano -de quién ya hemos hablado por aquí– adaptó el guión de una película escrita por él mismo para hacerla obra de teatro. Y después de eso hizo unas cuantas llamadas y montó la obra. Y la movió por esas salas y alguna que otra más cosechando éxitos sin parar.

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Cartel con dirección de Miguel Ángel Cárcano

Todos, tanto crítica como público, estaban de acuerdo en la clave del éxito de esta obra de nombre interminable y sabor fresco: la naturalidad. Y las risas, claro.

Un texto que está escrito con la precisión de quien sabe leer a la perfección las actitudes de los seres humanos, y con la genialidad de quien sabe qué decir en cada momento. Unos diálogos que parecen sacados de la boca de cualquiera de nosotros (y que a veces nos gustaría no reconocer como propios) son uno de los ingredientes principales de este cóctel. No en vano era -y es- una de esas obras donde de verdad la gente sale diciendo «es tal cual». O algo parecido.

Porque la realidad es que con sexo -o a pesar de él- esta obra habla de las relaciones. De quiénes somos cuando estamos en pareja. De cómo nos comportamos cuando creemos que las reglas del juego son unas pero obviamos y negamos que puedan ser otras diametralmente opuestas. Esta obra habla de las personas, de sus sentimientos y de la manera -a veces nefasta- de gestionarlos. Y de lo gracioso que es verlo cuando no se trata de nosotros…

En aquellos años fue el propio Miguel Ángel Cárcano el que dirigió a un grupo selecto grupo de actores para encarnar a Marta, Daniel, Virginia y Carlos. Los elegidos fueron Elena Corredera, Juan Martín Gravina, Marta Larralde y Vito Sanz.

Sumemos: un buen texto, una mejor dirección y un elenco de lujo. Lo dicho… varias salas y coleccionando éxitos.

Práctica: en el escenario de la mano de César Oliver

Cualquier tiempo pasado nos parece mejor, pero lo cierto es que la propuesta de César Oliver no es la hermana pequeña de la anterior. Es, simplemente, otra.

Partiendo del texto que tanta vida tiene por sí mismo, esta nueva propuesta tiene una frescura que la acerca a nuestros días. Una puesta en escena sencilla y sin artificio nos ata a la tierra: podría ser nuestro salón o nuestro garaje. Pero este montaje tiene un poco más de carga eléctrica de lo que prevemos. Los gags se acentúan siempre que se puede y los personajes se llevan un poquito más al límite si cabe. Sin olvidarnos de las interpretaciones, que parecen a medida de los personajes pues cualquiera diría que lo que tenemos frente a nosotros no son actores si no a los mismos Marta, Daniel, Virginia y Carlos discutiendo sobre si es lo mismo saber que suponer, o si se lo pasan mejor hablando que follando.

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El elenco en su paso anterior por la Sala Tú.

La naturalidad con que se ha llevado a la práctica esta nueva propuesta de una obra vieja conocida de la escena madrileña, no sólo respeta claramente la esencia de la original sino que además ha conseguido cerrar la etapa de la Sala Tú con llenos y arrancar en el Teatro Lara con la misma fuerza.

Si quieren risas, pasen y vean.

Y si quieren sexo, pues también…

Entradas y fechas para ver Teoría y práctica sobre los principios mecánicos del sexo

Madrid sigue siendo testigo del sexo como pretexto para pasarlo bien. Por muy mal que suene eso, todos sabemos que lo que más nos atrae de la obra no es todo lo que hemos analizado aquí y en el resto del universo digital. No. Lo que nos atrae de esta obra es el sexo. Y lo sabemos.

Así que vamos al grano.

La obra está en cartel hasta el 26 de septiembre, (casi) todos los martes a las 22.15h en el consabido Teatro Lara. Las entradas, por supuesto, se pueden comprar en la web del teatro, en entradasymás, en Atrápalo y en la taquilla del teatro.

¿Todavía quedan dudas? ¿Suponéis que no será para tanto? Bueno, ya se sabe que una cosa es saber y otra muy diferente es suponer…

Una pildorita para los indecisos.

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Guillermo Barrientos y Eva Maricel Jorge y Silvia en Dos Días

DOS DÍAS: un ejemplo de verdad en el escenario

Intentar hablar de «Dos días» sin revelar ningún detalle importante es un ejercicio de incalculable contención. Y no hacerlo es casi un pecado.

«Dos días» hay que masticarla. Saborearla. Digerirla… Y una vez hemos hecho eso, hay que volver a verla

Coescrita por Miguel Ángel Cárcano y María Inés González, «Dos Días» es una de esas obras de teatro de las que hay que hablar. Ellos, habituales del circuito off de la escena madrileña, no sólo no pierden fuelle sino que siguen al pie del cañón y pisando fuerte. Esta apuesta, muy suya y con ciertos matices diferentes a lo que nos tienen acostumbrados, se ha convertido en una representación que entra de golpe y a bocajarro en el espectador. Por eso seguramente el diálogo en relación a ella es inevitable. Sobre todo con uno mismo.

«Dos días» hay que masticarla. Saborearla. Digerirla… Y una vez hemos hecho eso, hay que volver a verla para comprobar cómo ya es parte de nosotros, cómo lo era antes de verla, y cómo, sorprendentemente (¡o no!) descubrimos cosas que en la primera vez se nos pasaron por alto o interpretamos de manera equivocada.

SILVIA Y JORGE

Uno empezaría por explicar quiénes son los protagonistas pero la realidad es que Silvia y Jorge ni siquiera se conocen a sí mismos. Se encuentran en un hotel. Más bien se reencuentran. O al menos coinciden allí. Y pasito a pasito comienzan a deshojar la flor de sus deseos, sus miedos, sus inseguridades… Y ¿quién no se ha visto alguna vez en una situación así? ¿Quién no se ha sentido nunca en la piel de unos personajes así?

Pero ¿qué piel es esa?

Se trata de la piel de dos personas que aman. Pero también la de quien añora y sufre. La piel de quien una vez tuvo y ahora no está tan seguro. La de quien se aferra a algo a pesar de lo evidente. La piel de quien quiere creer. Necesita creer.

Jorge Silvia Guillermo Barrientos Eva Marciel Dos Dias Teatro Lara

Jorge y Silvia. Guillermo Barrientos y Eva Marciel.

TODOS SOMOS TODOS

Si uno se queda después de la función a cruzar algunas palabras con el equipo, no tardará en salir la frase todos somos todos. ¿Es posible hablar de una historia universal en esta obra?

En una historia de dos personas que comparten encuentros y desencuentros, no hay buenos ni malos. Solo hay piel. Y todos estamos hechos de eso.

Quizá uno de los mayores tópicos en lo que a la narrativa se refiere es ese de catalogar una historia como universal.

En el caso de «Dos días» sería demasiado fácil –y quizá osado- reducirla al concepto de historia universal. Para empezar porque lo que ocurre estrictamente en escena probablemente esté lejos de lo que la mayoría haríamos en nuestras vidas. Probablemente… Pero en muchos momentos de la función, más de uno y más de cinco (por decir algo), uno es capaz de ponerse al mismo tiempo en la piel de Silvia y en la de Jorge. A la vez incluso aunque sean posiciones opuestas. Y sentirlo con la misma intensidad conteniendo el aliento por ellos, intentando no invadir el espacio también contenido de quien tenemos a nuestro lado. La complejidad en la escritura del texto para encontrar un equilibrio y la habilidad para conciliar el universo de los personajes y el del espectador son tales, que esta obra supera lo universal. Esto es otra cosa…

En una historia de dos personas que comparten encuentros y desencuentros, no hay buenos ni malos. Solo hay piel. Y todos estamos hechos de eso.

CUANDO MENOS ES MÁS

Miguel Ángel Cárcano es un maestro en eso de la esencia. Ser uno de esos (pocos) privilegiados que (casi) siempre tiene una obra en cartel tiene mérito. Y tiene su sentido. Ser uno de los nombres del off madrileño no tiene tanto que ver con la factura de la producción – que también -, sino con la increíble factura de sus historias y la profundidad de sus personajes. Especialmente en esta última propuesta. Los textos que nos traen estos dos autores nacen y crecen porque lo hacen desde lo elemental, desde la verdad. No hay artificio en su dramaturgia, ni trucos. Hay cohesión y empaque. Hay sentido. Y capas. Capas y capas, como en la vida misma, que le llevan a uno a pensar. A sentir. Y no sólo eso, a mirarse uno mismo. Incluso aunque sea lo último que uno querría hacer cuando va a ver una obra de teatro. Como decía uno de los personajes de «Cuatros estaciones y un día» (también obra de los dramaturgos argentinos): «nos cuesta mirarnos detenidamente, nos miramos al espejo pero no nos vemos».

La comunión de estos dos artistas con la sensibilidad y el instinto del director y con la madurez del texto, cierran el círculo del menos es más. Y de la verdad

Con sus obras, con ellos, abrimos los ojos y nos abrimos en canal. Aunque sólo sea en el universo tan reducido y tan inmenso al mismo tiempo de nuestra intimidad. Solo eso y nada más que eso son sus obras. Cómo si fuera así de sencillo…

Y «Dos días» no es diferente a las demás.

LAS CARAS QUE NOS REPRESENTAN

Guillermo Barrientos Jorge Eva Marciel Silvia Dos días Teatro Lara Madrid

Guillermo Barrientos es Jorge. Eva Marciel es Silvia. En Dos días.

Eva Marciel y Guillermo Barrientos son Silvia y Jorge. Ellos, tan expuestos como están debido a su popularidad, un día deciden que quieren rasgarse las vestiduras para interpretar a estas dos almas perdidas. Con la única ayuda de una cama. Pero no sólo con una cama. Hacen falta
valentía y generosidad para profundizar en esas capas que son sus personajes y para ponérselas encima con mimo
. Para ponerse en la piel de Silvia y Jorge por un ratito. Para ser ellos para nosotros.

La comunión de estos dos artistas con la sensibilidad y el instinto del director y con la madurez del texto, cierran el círculo del menos es más. Y de la verdad ¡Y de qué manera!

CUÁNDO VERLA

Es difícil hablar de «Dos días» y no revela ningún detalle importante. Y, sin embargo, aquí estamos. Porque lo más fascinante de todo es que nada de lo aquí dicho finalmente revela nada de la obra. Y al mismo tiempo, lo dice todo.

Cartel Dos Días Teatro Lara sala Lola Memorives Madrid

Cartel de Dos Días. En la sala Lola Membrives del Teatro Lara.

Para vivir la verdad del teatro a pocos centímetros de estos artistas, hay que ir a ver «Dos días» (Y mejor si la vemos dos días). Y eso se puede hacer los miércoles de marzo a las 22.15h y los sábados de mayo a las 19.30h en la sala Lola Membrives del Teatro Lara.

Y sólo digo que hace falta ya una función con coloquio posterior. Ahí lo dejo.

Eso, y que perdérsela es, seguramente, un error.

Para no perderse: La Noche de los Libros

Un libro es una puerta a un universo diferente. Es la invitación a conocer otras vidas, otras formas de relacionarse, otras formas de pensar y entender lo que nos rodea.
Un libro, para muchos, es un objeto de culto; un síntoma del fetichista más cultivado o de aquél que, no por más inculto que el anterior, los conserva por placer. El placer de tenerlo entre las manos, el placer de oler sus páginas, el placer de saber que ahí hay otras oportunidades. Oportunidades…

Para otros, un libro es un concepto un tanto abstracto que, como mucho -y junto a muchos otros-, se puede acumular en un dispositivo digital enfundado en una carcasa de diseño casual o bohemio. Depende de los gustos.

Un libro, al final -y al principio-, no es más y, a la vez, sí es más que todo eso. Más que una sucesión aparentemente ordenada de palabras con contenido clasificable en categorias infinitas (¡o no!), un libro es la representación feaciente de la necesidad que tenemos los seres humanos por conocer. Y no me digan que no es así, porque entraríamos en un serio debate. Más allá del narcisismo y la relativa necesidad de exposición de los autores (en los que me incluyo), todo aquel que en algún momento mira, toca, huele, sostiene, abre, hojea y ojea, lee, guarda, regala, compra, vende, siente e incluso piensa libros, lo hace por la genuina necesidad de conocer.

¿El qué?

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