Resulta realmente complicado estar disfrutando de un día como este 27 de marzo con un sol que invita a la calle y el campo, con un horario descolocado por el ajuste de nuestros relojes y además terminando las vacaciones -para quien las haya tenido- de Semana Santa.
Digo que resulta realmente complicado porque cuando eso, todo eso, coincide con el Día Mundial del Teatro, uno empieza a echar cuentas y resulta que el día se ha quedado sin horas suficientes como para aprovecharlo como se merece.
Para nuestro jolgorio y regocijo personal, intelectual, individual o grupal (y todos los «al» aplicables), tenemos la gran suerte de poder explotar ese amor incondicional por el teatro en su día mundial durante más de un día. Durante toda la semana del 28 de marzo al 1 de abril, Madrid está de enhorabuena: descuentos para entradas en multitud de salas y funciones, culminando la noche del 1 de abril con la, ya mítica, Noche de los Teatros. No sé a quién tenemos que agradecérselo pero, sea quien sea, aquí va mi agradecimiento.
Y para que no nos arrepintamos de no haberlo aprovechado al máximo, creo que habrá que planificarse.
Aquí algunas ideas.
Los imperdibles
Este año coinciden en nuestro calendario el 150 aniversario del nacimiento de Valle-Inclán y el IV centenario de la muerte de Cervantes y Shakespeare. Por si no tuviéramos motivos suficientes para celebrar algo tan bello como las artes escénicas, además, tenemos un marco excepcional para esta celebración.
Como viene siendo ya habitual -aunque este año con más razón aún-, el protagonista de Luces de Bohemia (Valle-Inclán, 1924), vuelve a pasearse por las calles de Madrid en la XIX Noche de Max Estrella. En esta ocasión no será para rememorar la obra en la que cobró vida sino que iluminará diferentes rincones de Madrid por medio del ensayo La lámpara maravillosa (Valle-Inclán, 1916). El recorrido empezará con la concentración de bohemios ante Casa Ciriaco a las 19.00h y, durante más de tres horas, recorrerá las calles de la capital hasta culminar en la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes, donde tendrá lugar la lectura del mensaje del Día del Teatro (y alguna que otra cosa más digna de presenciar). La plaza de San Miguel, la plaza de San Ginés y el Café Colón son algunos de los lugares que se visitarán acompañados de nombres de nuestras artes como son Rosa León, Laila Ripoll, Nuria Gallardo o Joaquín Notario. Aunque no serán los únicos, ellos, todos serán quienes den voz a las letras en una noche como esta. Conviene consultar el recorrido completo y sus vicisitudes para valorar el calzado que uno quiera ponerse en tal ocasión (y para lavarse bien los ojos y los oídos con el fin de no perderse nada).
Al mismo tiempo, y para ponerlo todo un poquito más interesante, los teatros municipales pondrán a la venta sus entradas con descuentos entre el 25% y el 50%. El Teatro Español, las Naves del Español, el Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa y el Teatro Circo Price son los culpables. Y, si hay que elegir, yo me apuntaría a Muñeca de porcelana de David Mamet, con José Sacristán y Javier Godino. Aunque las opciones son muchas y, sin duda alguna, hay que aprovecharlas. Especialmente teniendo en cuenta que los descuentos no sólo se aplicarán el 1 de abril, sino que podrán disfrutarse durante toda la semana.
Por si no se nos empezara ya a apretar la agenda, la cosa no acaba aquí. Hay mucho más que se podrá hacer con motivo de la fiesta del teatro. Los escenarios oficiales serán la Casa de Correos, el Convento de las Trinitarias Descalzas, la plaza de Pontejos, el Museo Casa de Lope de Vega, el Real Coliseo Carlos III, el Teatro de la Abadía… En fin, ¡unos cuantos! Y gracias a la página Madrid es Teatro podemos consultar el programa completo para estar bien informados.
La lucha por el teatro
En medio de todo este ambiente festivo, el crecimiento del teatro como arte y como cultura se contrapone a la viabilidad de acercarlo al público.
En el mensaje del Día Mundial del Teatro, el director y profesor de teatro Anatoli Vassiliev subraya la necesidad de apostar por las artes escénicas. Por apostar por la palabra, los gestos, los sentimientos como herramientas para conectar los unos con los otros, como vía para escucharnos, para entendernos. Que el teatro es cultura, pero sobre todo es un espejo de la vida. No importa de qué fecha hablemos, en que contexto nos encontremos, el teatro es nuestro propio reflejo y nos enseña lo que no nos atrevemos muchas veces a mirar.
Irónicamente, hoy, Día Mundial del Teatro, una pequeña sala de Madrid ha cerrado sus puertas. En estos días tan inciertos, la inestabilidad económica -entre otras muchas cosas-, ha llevado a un sistema de multiprogramación en las salas de teatro que dificultan esa apuesta por el Teatro (así, con mayúscula). El brote efervescente de propuestas escénicas enriquece nuestra cultura, pero pierde su sentido si esa oportunidad se limita a las efímeras opciones de programación en salas. Tanto para las compañías como para los espectadores. Muchas alternativas. Muchas salas. Muchos montajes. Pero pocas fechas y mucha rotación. Como si el tejido teatral debiera sostenerse por la generación compulsiva, y poco más. Por eso mismo, el 19 de diciembre de 2014 la sala Biribó Teatro abrió sus puertas, con el firme propósito de luchar contra esa imposición implícita de ofrecer obras a borbotones y apostar por una programación estable. Lo intentaron. Lucharon. Pelearon. Y, tristemente, se dieron de bruces con la agria realidad: era y es insostenible. Ya lo anunciaron en su nota de prensa, que la profesión navega en un mundo revuelto. Y aún así, el sabor no es agrio del todo. Es más bien agridulce.
Porque el teatro es algo que se siente incluso en las derrotas como esta. El teatro no es solo apuestas, es ponerse en la piel de otros, sentir a través de otros, pensar a través de otros, mirar a través de otros.
Y crecer.
Con todo, con los éxitos y con los éxitos a medias -pues de todo se sacan lecturas positivas-, somos muchos los que amamos el teatro. Y por eso mismo…
¡Feliz día mundial del teatro!