Viernes 13, fecha de mal presagio en algunas culturas. En el calendario cultural de 2017 este primer 13 del año ha tenido una marca particular: «I see you» de The XX salió al mercado.
Son muy jóvenes. Decir que no llegan a los 30 y que acaban de publicar su tercer disco -cuando hace cinco que sacaron el segundo- quiere decir que son realmente muy jóvenes. Y el mérito no está en eso. O quizá no sólo en eso.
Érase una vez The XX
En el año 2009 nacía oficialmente y para todo el mundo un grupo de unos casi-aún-adolescentes británicos. El nombre de su bautismo fue The XX y el título de su primer álbum (así como la carátula) no dejaban lugar para las confusiones: «XX».
Entre «XX» (2009) y «Coexist» (2012), el mundo de The XX, tejido entre lo oscuro y lo onírico, se hacía patente.
Era un disco que de una primera escucha uno no podía terminar de creer que fuera un álbum debut. Era frágil, sí. Quizá imperfecto. Pero tenía una seña de identidad definida y más de un tema que se adivinaba perduraría en el tiempo.
El disco arrancaba con «Intro», una canción casi totalmente instrumental que con el tiempo acabó colándose en el subconsciente de millones de personas. La atmósfera del tema parecía haber nacido en un lugar específico pero común para todos, tanto para ellos como creadores como para nosotros en tanto que visitantes de este espacio. Por otra parte, unos años después, la televisión también tuvo algo de culpa en eso de colarse en nuestras mentes. En España, sin ir más lejos, esta intro se usó en más de un anuncio.
Su apuesta estaba lanzada, el camino que querían recorrer estaba ya a la vista. Pero todo grupo pasa antes o después por una etapa de revisión del proyecto.
Entre «XX» (2009) y «Coexist» (2012), el mundo de The XX, tejido entre lo oscuro y lo onírico, se hacía patente. Música electrónica, dos voces diferentes pero complementarias, mezcla de instrumentos… Su apuesta estaba lanzada, el camino que querían recorrer estaba ya a la vista. Pero todo grupo pasa antes o después por una etapa de revisión del proyecto.
Después de 5 años, la espera empezaba a alargarse. ¿Volverían? En esos 5 años ha pasado lo que tenía que pasar. Que esos casi adolescentes encumbrados tan rápidamente se tuvieron que enfrentar a situaciones y toma de decisiones de lo más dispar. E incluso, por qué no, a investigar sus propios límites, jugar con otras cosas o dejarse fluir (cada uno con una motivación diferente). Pero al final, la cabra tira al monte y cuando lo que nació lo hizo como fruto de una pulsión muy clara, lo natural era continuar lo que un día comenzó.
Cierto es que los primeros compases de «Dangerous» -primera canción de «I see you»- nos remite directamente al mundo de los clubes nocturnos.
Ahora bien, ya sea por los años, por la madurez o por la experimentación personal y artística, el resultado deja regusto a muchas cosas. Hay que escucharlo.
El antes y el después de The XX
A muchos les gusta decir que una banda ha perdido su sonido cuando lo que ha ocurrido es simplemente una exploración y una evolución.
En el caso que nos ocupa, no hay realmente una pérdida como tal. Hay evolución, sí. Hay exploración, claro. Pero no han perdido su identidad. Cierto es que los primeros compases de «Dangerous» -primera canción de «I see you»- nos remite directamente al mundo de los clubes nocturnos. Esto último probablemente sea influencia directa de la incursión de Jamie XX en el mundo DJ. En estos 5 años de ausencia publicó un disco en solitario -«In colour»-, que posteriormente fue nominado a los Grammy en la categoría de mejor álbum de dance/electrónica.
Por eso no es extraño que, por momentos, el disco tenga cierto aroma discotequero pero, como dirían los amantes de los vinos, se trata del retrogusto. Porque de base siguen siendo oníricos, siguen siendo electrónicos -y con electrónicos no me refiero sólo a los sintetizadores-, e incluso mantienen ciertos paralelismos -sutiles- pero presentes con Interpol o White Lies.
Muchos han calificado este disco como más luminoso que los anteriores. Quizá esa luminosidad no se refleje sólo en ese paso adelante que ha dado la banda en cuanto a sonido. Efectivamente las canciones son más brillantes. Aunque todo apunta a que es también una declaración de intenciones. No en vano, la carátula del álbum, además de su ya inseparable X, es un reflejo de los miembros del club en una suerte de espejo que también refleja la luz del sol. Son ellos. Pero no son ellos. Hay sombras, las suyas. Pero también hay color y luz.
Un paso más que ya se nos empezó a anunciar en noviembre de 2016 con el lanzamiento del tema «On Hold», octavo tema del disco.
Solo con el tiempo podremos apreciar si la influencia del mundo DJ ha llegado para quedarse.
A qué más suenan The XX
Al final, cuando escuchamos la música de uno u otro grupo, acabamos por conectar lo que escuchamos con otras referencias que tenemos. Para quienes The XX sean aún novedad, aquí van un par de opciones con estilos parecidos.
Foals – Late night
London Grammar – Wasting my young years
El veredicto
Sería injusto decir que no han cambiado nada, así como también sería injusto decir que es un álbum excelente.
No obstante, se agradece la frescura a pesar de la oscuridad, la contundencia a pesar de lo onírico y sobre todo, como decíamos en un principio, la capacidad de ser fieles a ellos mismos. De mantener su sello personal.
Tras varias escuchas resulta un disco equilibrado incluso con las nuevas propuestas. Aunque solo con el tiempo podremos apreciar si la influencia del mundo DJ ha llegado para quedarse.